Según Frank L. Wilson (1983), el corporativismo es una forma de representación de intereses que rivaliza con otros medios de la política de grupo, como la visión pluralista tradicional de los grupos de interés (106). Para Philippe Schmitter (1982), la clave de este concepto se encuentra en la estructuración de la representación de intereses en una sociedad. El concepto de corporativismo también se puede extender a la delegación por parte de los ciudadanos de sus derechos de participación a los líderes de grupos centralizados que interactúan con el Estado. Hoy en día, se entiende como un sistema de representación de intereses mediante grupos organizados, centralizados y no competitivos que fueron creados por el Estado o que juegan bajo sus reglas. De esta forma, se crea una alianza en la que los grupos de interés más importantes se mantienen dentro del juego con las instituciones estatales, excluyendo a cualquier otro grupo de la arena política.
Ejemplo:
Vemos un ejemplo de corporativismo cuando un Estado prioriza a un conjunto específico de grupos de interés sobre todos los demás. Esto crea una estructura de relaciones en la que solamente los grupos de interés que ya se relacionan con el Estado tienen incidencia en las decisiones y políticas públicas que este implementa. Estos se relacionan de una manera jerárquica y no competitiva con el Estado. De esta manera, se excluyen nuevos grupos que busquen tener influencia y el Estado logra manejar o al menos establecer las reglas del juego bajo las cuales se desarrolle la relación.
Referencias: