Policentrismo

Paul Aligica y Vlad Tarko (2011) definen este concepto como un sistema social conformado por múltiples centros de decisión en el que cada uno tiene facultades limitadas y autónomas, pero operan bajo el mismo conjunto general de reglas. Así, se genera un sistema interdependiente en el que los centros de decisión compiten entre sí, pero se necesitan para seguir mejorando constantemente. Esto se produce como resultado de que la eficiencia de un ente tenderá a atraer a más personas en busca de sus servicios. Si esto es así, los demás centros de decisión se verán afectados al perder personas y se verán obligados a mejorar su rendimiento. Si, por otro lado, las decisiones tomadas por un centro de decisión son perjudiciales, los otros centros pueden aprender de ese error para evitar cometerlo. 

Este sistema permite que una multiplicidad de ideas coexista, sea puesta en práctica y que se dé un proceso de prueba y error en un ambiente de libertad individual. Estos centros de decisión normalmente tienen jurisdicciones superpuestas que, contraintuitivamente, permiten que las decisiones sean más eficientes. Mediante arreglos interorganizacionales, la economía pública puede crear características similares a la economía de mercado y desarrollar un comportamiento que incentive la eficiencia y la corrección de errores. Así se desarrollan mejores y más eficaces arreglos institucionales.

Para Vincent Ostrom (2002), el policentrismo es “un patrón de organización en el que varios elementos independientes son capaces de ajustarse mutuamente para ordenar sus relaciones entre sí dentro de un sistema general de reglas” (74). De esta manera, se puede explicar que existe un sistema de reglas ordenadas subyacente a la autoridad y que las jurisdicciones superpuestas que se malentienden como caóticas y fuente de fallas institucionales son de hecho funcionales. Ostrom argumenta que las jurisdicciones superpuestas no son un desperdicio, sino que pueden ofrecer servicios similares, pero diferenciados según las necesidades de las comunidades o sus intereses. 

 

Ejemplo:

Un ejemplo de distintos niveles de decisión es el sistema político de Estados Unidos. Este, al poseer un sistema federal, permite que existan leyes y decisiones que se toman a nivel nacional, pero también brinda cierta independencia a cada Estado. Esto implica que no porque una ley sea aprobada en un Estado significa que tiene que ser aprobada en todos. De esta manera, las leyes y decisiones se pueden ir acoplando a las necesidades de cada Estado y los ciudadanos pueden “votar con los pies” e irse a otro Estado si no están conformes con las decisiones que se toman a nivel local. Otros ejemplos son el common law o el sistema de mercado, pues el individuo tiene el poder de elegir y, con esta decisión, crear un sistema de retroalimentación de aquello que funciona y diferenciarlo de lo que no.

 

Referencias:

  • Aligica, Paul y Vlad Tarko. 2011. «Polycentricity: From Polanyi to Ostrom, and Beyond». Governance: An International Journal of Policy, Administration, and Institutions 25 (2): 237-262.
  • Ostrom, Vincent. 2002. «Polycentricity (Part 1)». En Polycentricity and Local Public Economies, editado por Michael D. McGinnis, 52-74. Michigan: The University of Michigan Press.

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