Suiza como un ejemplo de jurisdicciones competitivas superpuestas funcionales
Suiza es un país conocido por su estabilidad económica y política. También por ser un país muy rico, en el que se pagan bajos impuestos y donde se goza de altos salarios. En definitiva, es un país muy distinto a Guatemala. Pero, ¿qué podemos aprender del sistema de gobierno suizo?
El territorio de Suiza está dividido en 26 provincias administrativas conocidas como “cantones”. Estos cantones son el perfecto ejemplo de las functional overlapping competing jurisdictions. También conocidas como jurisdicciones competitivas superpuestas funcionales (FOCJ), son un modelo de gobierno competitivo propuesto por el economista suizo Bruno Frey. Estas constan de pequeñas jurisdicciones que se encargan de proveer servicios básicos como salud y educación de forma privada y a las que los individuos se pueden adscribir de forma voluntaria. El propósito es que, al competir por ser más atractivas para los ciudadanos, constantemente estén mejorando sus capacidades de proveer servicios.
Aunque el concepto de Frey es una propuesta de carácter anarcocapitalista, Suiza ha logrado crear lo más cercano a una FOCJ en un Estado moderno. Cada uno de sus cantones se mantiene en constante competencia para atraer a más ciudadanos y, de esta manera, obtener más financiamiento por medio de los impuestos. Lo curioso es que esto no lo logra mediante impuestos altos, sino por bajos porcentajes de estos. Dado el pequeño tamaño de Suiza (alrededor de 41.000 km2) y la cercanía entre cada uno de los cantones, el costo de trasladarse de un cantón a otro es muy bajo. Por lo tanto, como individuo puedo tener mi oficina en Zúrich, pero vivir en otro cantón que queda a menos de 40 minutos en tren y en donde pago menos impuestos.
Al permitir que cada cantón pueda establecer libremente el porcentaje de impuestos que cobra tanto a empresas como a individuos, se crea un ambiente de constante competencia entre gobiernos cantonales. Aunque la carga impositiva se mantiene estable, cada cantón es consciente de que no puede subir demasiado sus impuestos, pues es muy fácil que sus ciudadanos elijan irse a otro (o, en palabras de Frey, adscribirse a otra jurisdicción). De esta manera, los impuestos se mantienen bajos y existe un control de los ciudadanos sobre los políticos que evita abusos de poder al permitirles votar con los pies. Lo mismo sucede al buscar una mejor calidad de servicios de salud o de educación. Por algo, Suiza está catalogada como uno de los países más competitivos del mundo.
Hay muchos factores que hacen a Suiza un país con un PIB estable y bajos niveles de desempleo, pero, en definitiva, la capacidad de competencia que se ha creado entre cada uno de los 26 cantones tiene mucho que ver. A pesar de que Guatemala es un país más grande que Suiza en cuestión de extensión territorial, podemos aprender muchísimo de la independencia tributaria departamental y de los beneficios que ha obtenido el país europeo mediante la implementación de esta.
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