Las
elecciones en Guatemala están cerca y muchos de nosotros todavía no
sabemos por quién votar. Si esta es tu posición, ¡no te preocupes! En
este artículo daremos algunas claves para entender por qué votamos de la
forma en que votamos y así quizá entiendas mejor tu propio proceso de
decisión. Public choice
explica el comportamiento de los votantes, clasificándolos en tres
tipos: el votante racionalmente ignorante, el votante expresivo y el
votante racionalmente irracional (Holcombe, 2016). Quizá ahora no estés familiarizado con estos términos, pero es probable que cuando termines de leer te identifiques con alguno.
A la
mayoría de las personas no les interesa la política o, por lo menos, no
la consideran una prioridad, justificando su respuesta con frases como
“a mi no me afecta”. Puede ser que lo sucedido en el 2015 haya
despertado cierto interés por conocer más sobre nuestros gobernantes y
sus funciones; sin embargo, esto no quiere decir que las personas estén
informadas. Este es el caso del votante racionalmente ignorante, aquel
que se informa, pero no lo suficiente. Su comportamiento se explica
porque piensa que su voto no cambiará el resultado
de las elecciones, y en muchos casos no le falta razón. Sin embargo,
esto no quiere decir que no sea importante nuestra participación, ya que
para fortalecer la democracia el voto es primordial (Holcombe, 2016).
Probablemente, la mayoría de los votantes se encuentran en esta
categoría, informándose acerca de lo básico para poder emitir el voto.
El
comportamiento que acabamos de presentar es más frecuente en la primera
vuelta, mientras que el votante expresivo es más habitual en la segunda.
Muchas veces no sabemos qué es lo que queremos, pero sí sabemos qué es
lo que no queremos; es aquí donde entra el votante expresivo. Él vota
por el candidato más similar a él o contra el candidato cuyas propuestas
no coinciden con su manera de pensar. De igual manera, este tipo de
votante participa porque quiere ser miembro de cierto grupo que apoya a
un candidato en particular. De esta forma, siente que su voto puede
tener más peso (Holcombe, 2016). Los guatemaltecos jugamos este rol
cuando votamos para que quede el “menos peor”.
Por
último, tenemos el votante racionalmente irracional. Este papel lo
ejercen más aquellos a los que no les gusta tomar decisiones sin
sustento. Este tipo de votante se informa absoluta o parcialmente; sin
embargo, a diferencia del votante racionalmente ignorante, lo hace
buscando información que refuerce su postura previa e ignorando aquella
que contradiga sus ideas. Puesto que mantener la misma opinión no supone
un costo para el votante, no tiene incentivos que le motiven a cambiar
su forma de pensar (Holcombe, 2016).
A lo
largo del artículo, hemos dado a conocer tres tipos de votantes: el
racionalmente ignorante, el expresivo y el racionalmente irracional.
Cabe resaltar que estos votantes no solo están en Guatemala, sino que se
pueden encontrar en todo el mundo. Debemos entender que no informarse
completamente acerca de los candidatos, es decir, no ser votantes
instrumentales, no necesariamente implica que seamos irracionales, sobre
todo en un contexto como el de las actuales elecciones en las que hay
23 candidatos. A pesar de ello, la política sí nos afecta a todos y, por
ende, es importante emitir un voto consciente.
Referencias
- Holcombe, R. (2016). Advanced Introduction to Public Choice. Massachusetts: Edward Elgar Publishing.