Arthur Silva / / 4 de febrero del 2020

Una nueva apuesta latinoamericana en el ideario liberal: el caso brasileño

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Finalizadas las elecciones que culminaron con la victoria del candidato Jair Bolsonaro en Brasil, muchos tuvieron grandes expectativas acerca del plan económico elaborado por su futuro ministro de la Economía, Paulo Guedes —un renombrado chicago boy—. Publicado el plan, los economistas se apercibieron de que se trataba de una nueva apuesta del ideario liberal en Latinoamérica.

Pasado un año de la aplicación de estas ideas, algunos de aquellos planes se hicieron realidad y el objetivo de este artículo es analizar en qué puntos el gobierno está logrando crear la “estructura legal cuidadosamente manejada” imaginada por Hayek.

Incentivos

El gasto público en Brasil se venía incrementando año tras año a un promedio del 9,3% entre 1995 y 2018 —ver gráfico 1—, un valor mayor al promedio de la inflación en ese mismo tiempo y que llegó al 6,8%. El principal aumento en el gasto público había venido de la mano de la seguridad social, que venía aumentando de manera abismal sin solución en el horizonte.

En febrero del 2019, el Ministerio de Economía puso en marcha por primera vez una reforma de seguridad social que fue aprobada por el Congreso en octubre. En ella se estimó un ahorro de 220$ mil millones en el gasto público a repartir en los próximos 10 años. Este monto equivale al 10% del PIB de Brasil del 2019 y en vez de irse al Estado se quedará en manos del consumidor brasileño aportando al crecimiento de la economía.

Como decía Milton Friedman, “la inflación es una forma de impuesto que puede ser impuesta sin legislación”. Paulo Guedes, como su fiel discípulo, hizo lo que pudo para mantener lo más baja posible la tasa de inflación brasileña, que llegó en diciembre al 4,31% —el valor proyectado para 2019 era de 4,25%—. O sea, el Banco Central brasileño, cuyo presidente recibe directrices del ministro de Economía, ha logrado una cifra 2,5% menor del promedio de los últimos 20 años.

En la última década, una crítica muy fuerte que se hizo a los gobiernos de izquierda que estuvieron al frente del país fue su incapacidad de implementar políticas que incentivaran más a los inversionistas que a los rentistas —los que optan por compra de títulos públicos más seguros en función de altas tasas de interés—. El gobierno actual finalmente lo hizo, optando por una tasa de juros que finalizó el año al 5%, o sea, 7 puntos porcentuales menos que el promedio de los últimos 20 años.

Fuente: Tesoro Nacional de Brasil 2018

El futuro brasileño

Por fin, el Ministerio de Economía propuso al Congreso un proyecto al que nombraron el de la “Libertad Económica”. Recién aprobado por el mismo, este proyecto tiene la finalidad de elevar al país de la posición 150º en el Ranking de la Libertad Económica a la posición 50º en dos años.

El caso brasileño puede ser considerado un caso clásico de un intento más del liberalismo en Latinoamérica. Pero no se trata de un liberalismo salvaje, sino de uno muy consciente de los límites del mercado y de las fallas de Estado como la corrupción y la burocracia excesiva. Las miras a mitigar estas fallas a través de los incentivos mencionados anteriormente y de la creación de un canal que permita al sector privado denunciar casos de corrupción son ejemplos de tal conciencia.

El caso brasileño puede ser considerado un caso clásico de un intento más del liberalismo en Latinoamérica.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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