El rol de las etnias en la política de la Europa excomunista

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La semana del lunes 26 de septiembre al 3 de octubre de 2022 fue electoralmente decisiva para Europa del Este. Cuatro elecciones de diferentes tipos —elecciones nacionales o regionales y referendos— tuvieron lugar en Letonia, Bulgaria, Bosnia-Herzegovina y Ucrania. Esta última está envuelta en una guerra internacional contra Rusia, fenómeno cada vez más común en la región considerando la guerra entre Armenia y Azerbaiyán por la República de Artsaj.

Todos estos lugares tienen un origen común, ya que tienen una reciente transición a la democracia desde regímenes autoritarios comunistas. Aunque pueda sonar ajeno a la política europea, el rol de las etnias en estas elecciones e instituciones es marcado e incide en los resultados finales políticos de los países. 

Comunismo y etnias: el manejo de la diversidad

En Europa del Este, después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética impuso el comunismo como forma autoritaria de gobierno. Si bien este tipo de gobierno es eminentemente ideológico, el área geográfica de aplicación tenía una seria fractura social por la diversidad étnica.

A diferencia de Europa occidental con Estados nacionales formados, Europa del Este era una frontera entre imperios monárquicos. Ha sido una arena de batalla variable entre Suecia, Polonia, Rusia, Turquía, Austria-Hungría y Alemania durante los últimos 500 años. Ante un creciente nacionalismo político de las etnias sin Estado, los comunistas debían escoger cómo gestionar la diversidad.

Ante un creciente nacionalismo político de las etnias sin Estado, los comunistas debían escoger cómo gestionar la diversidad.

En el mundo comunista, la diversidad étnica se manejó de dos maneras: la autonomía o la represión. En la Unión Soviética de Lenin, el Gobierno central decidió volver el Imperio ruso una federación de repúblicas constituyentes, entendido como una alianza de diferentes identidades nacionales. Cada minoría grande regionalmente mayoritaria tendría su propia república. En la forma, serían naciones étnicas, pero todas debían ser comunistas en su funcionamiento. La Yugoslavia comunista adoptó un sistema similar. Sin embargo, la dispersión geográfica desigual de las etnias impedía crear fronteras perfectas.

La otra manera de manejar la diversidad fue la represión. En Bulgaria, la dictadura comunista previno constantemente la organización política de las minorías turcas, gitanas y macedonias. En Letonia, los rusos trataron de colonizar el país, suprimiendo la organización política de los letones. 

Democratización y el resurgimiento político de las etnias

Con la caída de la URSS y el bloque comunista, la democracia se propagó en Europa del Este. Un resultado del nuevo pluralismo político es la organización de partidos políticos, muchos de los cuales se organizaron según líneas étnicas. En primer lugar, se analizarán los dos casos que no presentan autonomía para regiones con minorías étnicas regionalmente mayoritarias.

Un resultado del nuevo pluralismo político es la organización de partidos políticos, muchos de los cuales se organizaron según líneas étnicas.

El caso de Letonia

Letonia en la actualidad es una democracia plena con un desarrollo económico constante derivado de sus políticas de libre mercado. Es miembro de la Unión Europea y de la OTAN. Esto es un contraste brusco considerando que hace 30 años era parte de la superpotencia comunista que era autoritaria política y económicamente.

El país está mayoritariamente compuesto por letones, pero consta con una mayoría rusa grande en el suroriente y una comunidad rusófona significativa. Con la independencia de la URSS en 1991 de la mano de un partido étnico letón, se defenestró al partido comunista dominado por rusos. El Gobierno letón limitó la ciudadanía al independizarse, prohibiendo que los colonos rusos de la época soviética votaran.

Con el multipartidismo, los ciudadanos rusos del país se organizaron en un partido político para competir a nivel nacional libremente. Este partido ha tenido buenos resultados, siendo a veces el más votado y una vez el gobernante. Inclusive, el partido ruso intentó elevar el idioma ruso como oficial, propuesta que fue derrotada en un referéndum nacional en 2012.

Inclusive, el partido ruso intentó elevar el idioma ruso como oficial, propuesta que fue derrotada en un referéndum nacional en 2012.

Esto cambió con las elecciones de 2022. Por primera vez el partido ruso no logró entrar al Parlamento letón al no superar el 5 % de los votos. Los demás partidos, que tienden a hacer coalición para marginar al partido prorruso, tienen una dinámica ideológica y no étnica, siendo la mayoría decididamente europeístas y antirrusos.

El caso de Bulgaria

Por su parte, Bulgaria, también miembro de la UE y la OTAN, es una democracia con ciertas deficiencias políticas y económicas, como corrupción o pobreza. Sin embargo, ha logrado volverse un sistema pluralista multipartidista pleno. Los búlgaros son la mayoría étnica clara del país. Sin embargo, hay minorías turcas significativas en áreas fronterizas, gitanos y macedonios.

Durante la dictadura comunista, las minorías, sobre todo la turca y la gitana, fueron reprimidas. Hubo intentos hasta de expulsarlos del país. Al igual que en Letonia, no se crearon repúblicas autónomas dentro de Bulgaria. Con la democratización, los turcos y los gitanos se organizaron en un partido político étnico liberal para competir a nivel nacional. El partido turco-gitano ha sido un partido bisagra esencial para crear coaliciones de gobierno. Sin embargo, la organización política de los macedonios en un partido étnico ha sido impedida por el Estado búlgaro al considerar a los macedonios un subgrupo de los búlgaros.

La organización política de los macedonios en un partido étnico ha sido impedida por el Estado búlgaro al considerar a los macedonios un subgrupo de los búlgaros.

Esto, aunque mina el pluralismo democrático, no supone un problema interno de rebelión, sino tensiones con la vecina Macedonia. Los demás partidos del país no se organizan según líneas étnicas. Las elecciones de 2022 son las cuartas en menos de 18 meses, ya que ninguno de los partidos mayoritarios es capaz de crear una coalición de gobierno. Lo étnico, sin embargo, no está detrás de la ingobernabilidad actual, sino la corrupción sistémica. 

Análisis de las repúblicas étnicas autónomas

A continuación, se hablará de países donde se han hecho elecciones o referendos donde existen etnias minoritarias nacionales regionalmente mayoritarias con repúblicas autónomas. Este tipo de etnias son minorías a nivel nacional, pero son mayorías en regiones específicas dentro del país. A la hora de celebrar elecciones, esta mayoría étnica local incide en los resultados. Así, los partidos étnicos no compiten a nivel nacional, sino que dominan constantemente una región específica dentro del país desde la que proyectan poder.

El caso de Armenia y Azerbaiyán

La región del Cáucaso sur fue pionera en la independencia de la Unión Soviética junto a los Estados bálticos en 1991. Sin embargo, este proceso independentista llevó a una guerra directa entre Armenia y Azerbaiyán por el control de la república autónoma de Artsaj. Esta región pertenece a Azerbaiyán, pero es mayoritariamente armenia. Por ende, Armenia invadió la región, permitiendo un referéndum de independencia que ganó en virtud de la mayoría étnica específica de la región. De facto, la región es controlada por el Gobierno independentista nacionalista armenio con el apoyo moral de Armenia.

Rusia ha intentado mediar en el conflicto, pero esto no ha frenado episodios violentos esporádicos. Cuando ha habido referendos constitucionales como en 2006 y 2017, Azerbaiyán ha atacado la región. En 2020, la situación bélica se revirtió: Azerbaiyán tomó las áreas controladas por Armenia a raíz de las elecciones generales en Artsaj. Desde entonces, el conflicto se ha recrudecido y existen rumores que el Gobierno autónomo de Artsaj hará un referéndum para anexarse a Rusia como lo hicieron otros movimientos secesionistas en la vecina Georgia con el fin de protegerse.

Existen rumores que el Gobierno autónomo de Artsaj hará un referéndum para anexarse a Rusia como lo hicieron otros movimientos secesionistas en la vecina Georgia con el fin de protegerse.

El caso de Ucrania

Otro país que ha visto guerra en su república autónoma es Ucrania. A diferencia de otras repúblicas autónomas soviéticas, Ucrania y Rusia pactaron la disolución de la URSS en 1991 en vez de independizarse unilateralmente. Desde el inicio, Crimea fue un punto de conflicto ruso-ucraniano. Debido a que la vasta mayoría de los habitantes de la península de Crimea eran rusos, Ucrania la designó como república autónoma. En el desarrollo democrático del país, el clivaje étnico ruso-ucraniano ha sido el factor definitivo. En 2004, se acusó a la facción prorrusa de hacer fraude electoral para quedarse en el poder.

Como consecuencia, se destituyó al presidente. El conflicto entre nacionalistas y prorrusos creció hasta su explosión en 2014. En este año los prorrusos intentaron descarriar el proceso de integración de Ucrania a las instituciones occidentales. Envalentonados por la autonomía de Crimea, muchos rusos en el este del país querían la autonomía para autogobernarse sin intervención de los nacionalistas en la capital. Con el pretexto de defender a los rusos, Rusia invadió Crimea para realizar un referéndum de independencia y de anexión a Rusia. Dos regiones en el este, Donetsk y Luhansk, se independizaron de facto y solicitaron su anexión a Rusia en 2014. La solicitud estuvo sin respuesta hasta 2022, cuando Rusia invadió Ucrania masivamente.

Con el pretexto de defender a los rusos, Rusia invadió Crimea para realizar un referéndum de independencia y de anexión a Rusia.

Así, repitió la estrategia de Crimea para anexar cuatro regiones costeras ucranianas de mayoría rusa con referendos, incluyendo las rebeldes ya mencionadas. Al presente, Rusia y Ucrania siguen en guerra. 

El caso de Bosnia-Herzegovina

Finalmente, en Bosnia-Herzegovina, la guerra fue previa a la creación de repúblicas autónomas étnicas. Con la independencia de Eslovenia y Croacia de Yugoslavia en 1991, la Unión Europea abogó por la independencia de Bosnia-Herzegovina. Como república autónoma, ya tenía tradición de autogobierno. Sin embargo, el país de mayoría bosniaca fue desgarrado por Croacia y Serbia. Ambas minorías dentro de Bosnia-Herzegovina buscaban la autonomía o la anexión a su respectiva madre patria. La guerra civil subsiguiente destruyó el sistema político, en el cual tres partidos nacionales, uno por cada etnia, habían hecho coalición para gobernar el país.

Tras la guerra, la ONU junto a Estados Unidos y la UE crearon un Estado federal étnico donde se le dio gran autonomía a los serbios y limitada a los croatas. La presidencia es como un triunvirato; uno de los tres miembros de la presidencia debe ser de cada grupo étnico. Cada entidad federal tiene su propio parlamento aparte del nacional con un sistema de partidos ideológicamente diverso. Además, un alto comisionado extranjero tiene poderes ilimitados para cambiar el sistema. Las elecciones generales de 2022 se caracterizaron por la victoria de los ultranacionalistas serbios a nivel estadual y nacional. Hay acusaciones de fraude contra este partido.

Cada entidad federal tiene su propio parlamento aparte del nacional con un sistema de partidos ideológicamente diverso. Además, un alto comisionado extranjero tiene poderes ilimitados para cambiar el sistema.

Asimismo, el alto comisionado modificó el sistema electoral tras las elecciones para garantizar que los croatas ganaran más representantes en el Parlamento estadual, a lo cual se oponían los bosniacos mayoritarios en el país con quienes comparten el mismo estado federal. En este marco, el miedo de secesión de las minorías serbias y croatas es el más alto desde finales de la guerra. 

Etnias e instituciones

A grandes rasgos, es válido aseverar que, en la Europa poscomunista, los países que no presentan repúblicas autónomas étnicas son más exitosos para lidiar con la diversidad étnica en los países. Esta diversidad como tal no es un problema. La clave está en las instituciones, es decir, en cómo los Estados se comportan para manejarla.  En los casos de Letonia y Bulgaria, la ausencia de repúblicas autónomas étnicas permite la libre competencia de los partidos étnicos en el sistema de partidos general. Así, estos partidos son vehículos para transmitir la voluntad de los votantes y responden a estos. En los casos donde existen repúblicas autónomas étnicas, existe una dinámica secesionista que sirve como vehículo de intereses particulares.

Así, las élites independentistas son capaces de hacerse con el control de un territorio específico. Sin competencia, previenen cambios y sirven para avanzar los intereses de otros países dentro del territorio nacional ajeno. Esto se da generalmente en el contexto de guerras y violencia generalizada, minando las capacidades de estos países de desarrollarse democráticamente. De esta manera, existe evidencia para indicar que el reconocimiento de particularidades étnicas regionales a nivel estatal mina la democratización y estabilidad de los países.

Por ende, las repúblicas autónomas son un caso de miopía institucional: un beneficio a corto plazo, concentrar poder localmente, destruye la capacidad de tener verdaderos beneficios a largo plazo, o sea, estabilidad y paz.  Por su parte, la libre competencia de partidos étnicos parece llevar a más estabilidad.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Luis Carlos Araujo Quintero

Estudiante del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. Ferviente creyente de la moderación y del respeto a las reglas justas y correctas. Defensor de la libertad en todas sus dimensiones. 

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