Cuando se mancha el silbato y no la pelota: análisis de «public choice» del caso Calciopoli
Milán, 17 de febrero de 1992. El ingeniero Mario Chiesa, presidente de una histórica casa de reposo para ancianos y dirigente del Partido Socialista Italiano, es arrestado apenas recibe un soborno de 7 millones de liras, de las cuales se intenta deshacer encerrándose en el baño y tirando el efectivo al inodoro. A partir de ese episodio, se descubriría una red de sobornos y mordidas en la administración pública italiana que involucraba a la gran mayoría de los grandes empresarios y partidos.
Los sobornos y las mordidas garantizaban acceso a contratos públicos e influencia política por parte de quienes los pagaban, una búsqueda de rentas en toda regla. El escándalo se bautizó con el nombre de Tangentopoli, que se podría traducir al uso como «Sobornópolis». Es de aquí, y de las similitudes en cuanto a búsqueda de rentas, que deriva el nombre del caso de estudio que nos ocupa hoy, Calciopoli. Este último es el escándalo de corrupción más grande de la historia del fútbol italiano.
Los sobornos y las mordidas garantizaban acceso a contratos públicos e influencia política por parte de quienes los pagaban, una búsqueda de rentas en toda regla.
El objetivo de este texto es analizar los esquemas y dinámicas de esta red de favores y contactos bajo la perspectiva del public choice. «Aunque se desconocen los partidos amañados antes de 2004, hay una serie de indicios de que la corrupción generalizada estaba presente al menos desde que Luciano Moggi y sus ayudantes fueron contratados por la Juventus en 1994». Lo último tenía el fin de exponer cómo las estructuras de incentivos perversos no solo afectan al sector público-político, sino también a su vertiente deportiva.
Lo último tenía el fin de exponer cómo las estructuras de incentivos perversos no solo afectan al sector público-político, sino también a su vertiente deportiva.
Por cuestiones de brevedad, nos centraremos en el caso del equipo más llamativo, la Juventus de Turín.
Antes de iniciar, dos conceptos
Nos auxiliaremos de dos conceptos de public choice para encuadrar las dinámicas y esquemas del escándalo Calciopoli. Esto tiene el objetivo de responder a 2 preguntas: qué y por qué. El primero de estos conceptos es el de los incentivos. Esto hace referencia a la información que tienen los actores para tomar decisiones.
«De forma general, Paul Krugman (2018) define un incentivo como cualquier cosa que motive a una persona a hacer algo. Cuando hablamos de economía, la definición se vuelve más específica: los incentivos económicos son motivaciones financieras para que las personas lleven a cabo ciertas acciones». Para efectos de nuestro caso específico de estudio, reemplazaremos motivaciones financieras por deportivas, aunque bien podrían estar ligadas.
Los incentivos económicos son motivaciones financieras para que las personas lleven a cabo ciertas acciones». Para efectos de nuestro caso específico de estudio, reemplazaremos motivaciones financieras por deportivas, aunque bien podrían estar ligadas.
El segundo concepto que conforma nuestro marco teórico es el de captura regulatoria. Según Holcombe (2016) «Describe la situación que se produce cuando las agencias reguladoras son capturadas por el ente que buscan regular. En lugar de fiscalizar las acciones de la institución, la agencia reguladora termina favoreciendo los intereses de la institución fiscalizada. Esto sucede porque la institución que se busca regular es quien maneja la información con la que trabaja la agencia reguladora. La institución tiene incentivos para manipular la información de manera que el ente regulador afecte lo menos posible a sus ganancias».
En este caso el ente regulador es la Asociación Italiana de Árbitros —AIA—, quien tiene la tarea de designar a los oficiales de partido —en Italia, los árbitros cuentan como funcionarios públicos— para cada juego de distintos deportes. La tarea oficial del árbitro es la de observar el cumplimiento del reglamento durante los partidos y sancionar cualquier irregularidad. Los actores bajo la jurisdicción del regulador designado del juego serían los equipos que juegan cada partido.
En este caso el ente regulador es la Asociación Italiana de Árbitros —AIA—, quien tiene la tarea de designar a los oficiales de partido.
El incentivo
Definido nuestro marco teórico y cómo se aplica a nuestro caso de estudio, es momento de examinar los incentivos de nuestra institución regulada, el equipo de fútbol Juventus FC. «Lo que resulta chocante […] es la frecuencia con la que la Juventus ha ganado el campeonato al final de la temporada por un arbitraje dudoso. Vale la pena ver con los propios ojos los penaltis fantasmas que han privado a los rivales de la Juve de goles vitales. Verá clips del balón cruzando la línea de gol de la Juve, pero que inexplicablemente no se cuentan en su contra. […] A pesar de que la Juve cometió más de faltas que cualquier otro club de la liga, fue la que menos tarjetas rojas recibió, una incoherencia estadística que desafía el cálculo lógico». Estas palabras fueron escritas en el año 2004; es decir, dos meses antes de que iniciaran las dos temporadas subsiguientes que serían objeto de disputa judicial en los procesos de Calciopoli.
Estas palabras fueron escritas en el año 2004; es decir, dos meses antes de que iniciaran las dos temporadas subsiguientes que serían objeto de disputa judicial en los procesos de Calciopoli.
Por lo tanto, se podría afirmar que, incluso antes de haber resuelto en sede judicial que existía un esquema para favorecer los resultados de la Juventus, tenía un incentivo para intentar mantener un arbitraje favorable en las temporadas siguientes. Dicho arbitraje favorable había sido fundamental para cosechar éxitos deportivos, incluso asumiendo que el esquema de captura regulatoria aún no existía. La búsqueda de rentas en la forma de éxitos deportivos podría haber llevado o bien a construir o a reforzar el esquema que detallaremos más adelante.
se podría afirmar que, incluso antes de haber resuelto en sede judicial que existía un esquema para favorecer los resultados de la Juventus, tenía un incentivo para intentar mantener un arbitraje favorable en las temporadas siguientes.
La captura regulatoria
Revisado el incentivo, es tiempo de exponer la captura regulatoria como tal. «Se ha descubierto que el director general del equipo de fútbol de Turín, Luciano Moggi, durante la temporada 2004-2005, ganada por la Juventus, ha mantenido un gran número de contactos con árbitros, funcionarios de la federación de fútbol y periodistas. Estos contactos se concretaron para amañar partidos eligiendo árbitros favorables a la Juventus y manipulando las noticias de las televisiones y los periódicos en contra de los árbitros perjudicando al equipo de Turín».
La intimidación de los árbitros y la influencia sobre las designaciones arbitrales encajaría perfectamente con la parte del concepto de captura regulatoria referente a «incentivos para manipular la información de manera que el ente regulador afecte lo menos posible a sus ganancias».
La intimidación de los árbitros y la influencia sobre las designaciones arbitrales encajaría perfectamente con la parte del concepto de captura regulatoria.
A veces, un jugador fuerte —por ejemplo, Jankulowski en Udinese-Brescia— recibía una tarjeta roja, lo que significa que se pierde automáticamente el siguiente partido, el cual, siguiendo con el ejemplo, coincidentemente, se debía disputar contra el equipo turinés.
En otros casos, fue el árbitro en el partido investigado el que daba un penalti o descuidaba un fuera de juego, presumiblemente a favor de uno de los dos equipos. En todos estos casos, las conversaciones telefónicas intervenidas certifican contactos directos entre los directivos del equipo corrupto, el funcionario que selecciona a los árbitros y, a veces, los propios árbitros. Caso emblemático en este último apartado es el del árbitro Gianluca Paparesta. El personaje central de todo este entramado, el director general de la Juventus, Luciano Moggi, admitió privadamente haber encerrado al árbitro en un vestidor.
En todos estos casos, las conversaciones telefónicas intervenidas certifican contactos directos entre los directivos del equipo corrupto, el funcionario que selecciona a los árbitros y, a veces, los propios árbitros.
Por supuesto, esto se dio luego de un arbitraje que le había irritado profundamente en Reggina-Juventus de 2004, en una llamada interceptada por el núcleo investigativo de la policía. «Encerré al Árbitro en el vestidor y me llevé las llaves al aeropuerto. En serio, van a tener que sacarlo echando abajo la puerta». Ese mismo árbitro en otra llamada interceptada se disculparía con Moggi por el arbitraje desfavorable. Moggi recurría a números telefónicos privados y, por lo tanto, inaccesibles, para hablar con el designador arbitral de la federación, Paolo Bergamo.
Moggi recurría a números telefónicos privados y, por lo tanto, inaccesibles, para hablar con el designador arbitral de la federación, Paolo Bergamo.
El método para seleccionar a los árbitros es usar bolas de sorteo viejas y descoloridas que, por lo tanto, son reconocibles. Junto con toda esta evidencia, Boeri y Severgnini nos proveen con una tabla de todos los partidos en los que se cree que habría habido una mano en favor de la escuadra de Turín.
Lo último corroboraría el aspecto de que «la agencia reguladora termina favoreciendo los intereses de la institución fiscalizada. Esto sucede porque la institución que se busca regular es quien maneja la información con la que trabaja la agencia reguladora». Así, habríamos proveído evidencia completa para encuadrar el marco teórico y sus dos conceptos clave. El papel de agencia reguladora sería desempeñado por la Federación Italiana de Árbitros —AIA— y sus instancias superiores. La información se encontraría en el conocimiento de las designaciones arbitrales.
El papel de agencia reguladora sería desempeñado por la Federación Italiana de Árbitros —AIA— y sus instancias superiores.
Por último, el favorecimiento se daría en la interferencia de los dirigentes de la Juventus y sus contactos en estos procesos de designación de reguladores. Todo ello tenía miras a obtener mayores éxitos deportivos como incentivo.
El incentivo que tendrían los árbitros para acceder a las demandas de los dirigentes de la Juventus es que estos mismos tenían contactos con cargos importantes en altas instancias del Gobierno y en importantes medios de comunicación. Una mala reseña de un árbitro en las altas instancias o en esferas mediáticas podía significar un bache difícil de superar para sus carreras.
Una mala reseña de un árbitro en las altas instancias o en esferas mediáticas podía significar un bache difícil de superar para sus carreras.
Vemos esta dinámica en acción con el mismo Paparesta. Luego del Partido Regina-Juventus, en el que Moggi y sus colaboradores juzgaron el arbitraje del colegiado como «un escándalo», se recurrió a atacarlo en el popular programa televisivo deportivo «El juicio de Biscardi», quien pidió la suspensión del colegiado por cuatro o cinco turnos de campeonato. Sucesivamente, el presidente de la Asociación de Árbitros, Tulio Lanese, señaló al cuarto árbitro, Pietro Ingargiolla, de «callar» sobre el incidente del vestidor que se relató antes. Por lo tanto, el incentivo de los «jueces» designados para colaborar con el sistema de cooptación e intimidación de los dirigentes era proteger la propia carrera profesional.
El incentivo de los «jueces» designados para colaborar con el sistema de cooptación e intimidación de los dirigentes era proteger la propia carrera profesional.
Conclusiones
En conclusión, hemos descrito tanto los incentivos como los mecanismos a través de los cuales se aplicaba el concepto de captura regulatoria en el fútbol italiano. A través de una serie de contactos que proveían información de las designaciones arbitrales, los dirigentes de la Juventus usaron esa información para pilotar e influenciar algunas de estas asignaciones.
A través de una serie de contactos que proveían información de las designaciones arbitrales, los dirigentes de la Juventus usaron esa información para pilotar e influenciar algunas de estas asignaciones.
Esto lo hace efectivamente un proceso de captura regulatoria en donde el árbitro que regula el partido termina favoreciendo a alguno de los que están bajo su jurisdicción. Con miramientos a obtener éxitos deportivos a través de estos años, el incentivo para este último ejercicio queda en evidencia. Si el public choice es «la política sin romance», tal vez podemos concluir que la política no lo es todo, pero sí está en todo, incluyendo el deporte.
AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.