Allan Ortiz / / 5 de octubre del 2022

Sobre la identidad de los guatemaltecos

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Por mucho tiempo los guatemaltecos hemos discutido en distintos foros, diálogos y demás espacios de opinión, la urgencia por definir la «identidad guatemalteca».

La razón radica en la creencia que al poder establecer lo que significa «ser guatemalteco», además de generar un sentido de pertenencia e identificación a la nación, podremos establecer rutas, visiones y estrategias para el futuro del país.

La identidad como resultado de un proceso orgánico o artificial

Resulta entonces bastante intuitivo que, al referirnos a la definición de identidades sociales y nacionales, busquemos identificar y exaltar características conductuales, físicas y culturales desde perspectivas colectivistas.

Así, es importante reconocer que comúnmente, los estudiosos de las ciencias sociales explican los orígenes de dichas características desde dos tipos de perspectivas. La primera se refiere comúnmente a la definición de un “proceso orgánico” (de abajo hacia arriba), que se construye de manera más o menos espontánea a través de la interacción entre las familias, comunidades y demás organizaciones sociales.

Los estudiosos de las ciencias sociales explican los orígenes de dichas características desde dos tipos de perspectivas.

La segunda identifica la existencia de un “proceso artificial” (de arriba hacia abajo), el cual consiste en el establecimiento de una narrativa de identidad colectiva desde el Estado.

Los esfuerzos por establecer rutas que nos permitan entender, identificar e incluso promover un sentido de pertenencia e identidad, no son particulares de Guatemala. En la historia de la humanidad, podemos encontrar diferentes ejemplos del establecimiento de proyectos identitarios desde las dos perspectivas presentadas por los expertos.

Sin embargo, al observar de cerca dichos enfoques, podremos encontrar que los procesos que permitieron a otras naciones establecer su “identidad nacional”, parten de la construcción de identidades individuales; es decir, que el establecimiento de valores, conductas, tradiciones, aspiraciones y demás características de la identidad de un pueblo, es posible gracias a la capacidad de los individuos por establecer su propia identidad.

Los procesos que permitieron a otras naciones establecer su “identidad nacional”, parten de la construcción de identidades individuales.

La «identidad» guatemalteca depende de la originalidad individual

De esta forma, podemos afirmar que el éxito del establecimiento de una “identidad guatemalteca” depende en gran medida de la capacidad de cada guatemalteco por establecer, expresar y realizar su originalidad individual en presencia de otros. Como afirmaba el liberal Ludwig von Mises: “Solo el individuo piensa, solo el individuo razona, solo el individuo actúa.”

Así, el disfrute de las preferencias, aspiraciones, decisiones y expresiones individuales de forma pacífica y espontánea, significan para cada quien una causa crucial en la conquista de una experiencia de vida amable y plena. Pero, además, significa para nuestra sociedad la posibilidad de establecer expectativas de comportamiento y metas compartidas.

La posibilidad de establecer desde la individualidad una identidad de país, significa una invitación a la defensa y promoción de la libertad, pues si bien la libertad supone la garantía de la realización individual, también implica la maximización de la dignidad humana a través del reconocimiento, respeto y tolerancia de los demás.

La posibilidad de establecer desde la individualidad una identidad de país, significa una invitación a la defensa y promoción de la libertad.

Una nueva perspectiva identitaria desmiente las narrativas colectivistas

Esta óptica identitaria cuestiona, reta y desmiente las narrativas colectivistas que compiten por establecerse como el núcleo de la “identidad guatemalteca” e invita a un acercamiento crítico de la historia y la contemporaneidad.

Al reconocer las singularidades de las expresiones de la vida individual, se exalta la naturaleza plural de nuestra sociedad, permitiéndonos superar las segmentaciones, polarizaciones y radicalismos, que se cultivaron desde los prejuicios establecidos en el pasado.

De esta forma, la identidad de los guatemaltecos significa la posibilidad y capacidad de la autorrealización y exige de la defensa y promoción de la libertad para concretarla.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Allan Ortiz

Politólogo egresado del EPRI de la Universidad Francisco Marroquín y director de GuateActiva

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