Nicholas Virzi / / 3 de noviembre del 2020

Mises sobre el Estado liberal

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Para Mises, la economía de libre mercado es indispensable para el funcionamiento y mantenimiento de una sociedad libre. A su vez, afirma que esta economía requiere de la existencia de un poder policial que salvaguarde su buen funcionamiento mediante la amenaza o la aplicación de la violencia contra aquellos individuos que rompen, o amenazan con romper, la paz social. 

Mises considera al Estado/gobierno, en el mejor de los casos, un mal necesario. Empero, Mises no usa la palabra “mal” en el sentido moral, sino en el sentido de que constituye el costo de la libertad. Si los hombres fueran perfectos, dice Mises, no habría necesidad de fundar un gobierno. Según Mises, si los seres humanos pudieran darse cuenta de que la alternativa a la cooperación social pacífica es la renuncia a todo lo que distingue al ser humano de las bestias, y si todos tuvieran la fuerza moral para actuar de tal manera que no dañasen a los demás, no habría necesidad de establecer de un gobierno como aparato social de coerción y opresión. Sin embargo, los seres humanos no son perfectos; no tienen información completa, no pueden procesar toda la información que tienen a su alcance de manera óptima y no tienen, generalmente, la suficiencia moral como para siempre refrenarse de hacerle daño a los demás. Son estos factores relacionados con la imperfección humana los que llevan a Mises a su conclusión de que el gobierno es indispensable para la cooperación social y la vida en libertad. En la concepción miseana, son las limitaciones mentales y morales de los seres humanos, y su impulso hacia la violencia, las que hacen necesaria la operación de un poder de compulsión al que él llama gobierno

Los seres humanos no son perfectos; no tienen información completa, no pueden procesar toda la información que tienen a su alcance de manera óptima y no tienen, generalmente, la suficiencia moral como para siempre refrenarse de hacerle daño a los demás.

Mises extiende su concepto de la importancia del Estado/gobierno a la paz en el ámbito internacional. Aboga por un cambio del enfoque nacionalista de los Estados hacia una visión cosmopolita liberal que reconoce la importancia de la cooperación internacional advirtiendo lo siguiente:

Sin embargo, esto solo es posible si la sociedad de naciones, el superestado internacional, está constituida de tal manera que ninguna persona y ningún individuo son oprimidos debido a la nacionalidad o peculiaridades nacionales. (Mises 1927, 110) 

A pesar de sus famosas críticas a la Liga de Las Naciones, Mises considera en su momento que podría abrir la posibilidad a mayor cooperación y brindar mayores niveles de justicia y protección para ciertas naciones, en comparación con el status quo prevaleciente antes de la Primera Guerra Mundial. Según Mises, esta experiencia modesta de la Liga:

nos permite esperar que a partir de estos comienzos extremadamente inadecuados, algún día un superestado mundial que realmente merezca el nombre pueda desarrollarse y pueda asegurar a las naciones la paz que requieren”. (Mises 1927, 115) 

Mises deja claro que, en su visión, el superestado mundial tendría que ser liberal, lo cual es consistente con su posición para un Estado/gobierno nacional.

Este estado de ánimo puede ser nada menos que la aceptación incondicional e incondicional del liberalismo. El pensamiento liberal debe impregnar a todas las naciones, los principios liberales deben impregnar todas las instituciones políticas si se van a crear los requisitos previos de la paz y eliminar las causas de la guerra. Mientras las naciones se aferren a aranceles protectores, barreras de inmigración, educación obligatoria, intervencionismo y estatismo, continuamente surgirán nuevos conflictos capaces de estallar en una guerra abierta para plagar a la humanidad. (Mises 1927, 115)

Aunque Mises habla de la necesidad de un gobierno para lograr la paz y la cooperación social, sea a nivel nacional o internacional, Mises no es ingenuo sobre la naturaleza del Estado/Gobierno y los peligros que representa siempre para la libertad. Nos recuerda que los gobiernos han sido responsables de los mayores males en la historia. La característica esencial de un gobierno, observa Mises, es la aplicación de sus decretos por medio de la violencia; quienes piden más interferencia del gobierno piden, en última instancia, más compulsión y menos libertad. Sin embargo, en la concepción miseana este hecho no significa alguna calificación moral sobre las actividades del gobierno. 

La característica esencial de un gobierno, observa Mises, es la aplicación de sus decretos por medio de la violencia; quienes piden más interferencia del gobierno piden, en última instancia, más compulsión y menos libertad.

Mises aboga por un Estado liberal y limitado con funciones específicas. He aquí un problema que se debe de resolver, porque Mises mismo considera que, ex ante, el concepto de un gobierno liberal constituye un contradictio in adiecto, una contradicción en el adjetivo. Mises aclara que los gobiernos nunca son liberales de su propia cuenta. Los gobiernos solo son liberales cuando son obligados a serlo por los ciudadanos. Entonces, surge la pregunta: ¿cómo pueden los ciudadanos obligar a sus gobiernos y limitar sus poderes? Este tema se adelanta por décadas a las preocupaciones de los escritores constitucionalistas asociados con la escuela de public choice como James Buchanan.

Mucho antes de que se hicieran famosos los argumentos de la escuela de public choice, Mises advierte que corresponde a la ciudadanía mantenerse eternamente vigilante. Reconoce que, si el gobierno puede expandir su poder ad libitum, podría abolir la economía de mercado y sustituirla por el socialismo totalitario. Para evitar esto, Mises advierte que es necesario detener la expansión del poder del Estado. En este sentido, considera indispensables a las constituciones, declaraciones de derechos y leyes que limitan el poder y alcance del Estado. Solo si el alcance del Estado se limita efectivamente podría funcionar como un garante de la libertad y ser compatible con ella. 

Solo si el alcance del Estado se limita efectivamente podría funcionar como un garante de la libertad y ser compatible con ella. 

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Nicholas Virzi

Director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES). Profesor de la Universidad Francisco Marroquín. 

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