Bolivia y el quiebre del modelo económico socialista
Bolivia fue durante más de una década un caso peculiar en Latinoamérica, ya que se posicionó como una economía “estable” y en crecimiento. Sin embargo, tras años de estabilidad, el llamado “Modelo económico social productivo” se encuentra en puertas de una crisis. En este artículo analizaremos la situación actual de Bolivia y la relación que tiene el Gobierno con la economía y sociedad boliviana. Por último, veremos que esta crisis tiene un denominador común en la región latinoamericana.
Una crisis inminente
En abril la revista británica The Economist señaló que el modelo económico de Bolivia estaba en quiebra. La escasez de dólares en el país hizo evidente el problema. Sin embargo, y como señala la revista, aunque la escasez de dólares del país se vio exacerbada por problemas a corto plazo, ha tardado mucho en gestarse. Si bien la escasez, en parte, es consecuencia de la subida de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, no solo se puede responsabilizar a los factores externos.
En ese sentido, es necesario hablar de la situación interna. Bolivia tiene un modelo económico caracterizado por excesivas subvenciones estatales y donde el Estado capta progresivamente todas las esferas de poder del país.
No obstante, para comprender esta situación hay que hablar brevemente del Movimiento al Socialismo o MAS. MAS es el partido que actualmente gobierna Bolivia, caracterizado por formar parte de la cúpula de los gobiernos afines al llamado “Socialismo del siglo 21”. El MAS está en el poder desde hace más de una década y, siguiendo a los regímenes de Fidel Castro o Hugo Chávez, ha sido protagonista de una serie de conflictos internos en el país, junto a numerosas críticas por la falta de libertad económica, de expresión e incluso la poca credibilidad acerca de la existencia de un Estado de derecho transparente en el país.
Detrás del “milagro”
Sin embargo, durante esta época el modelo económico boliviano ha sido elogiado por muchos como “el milagro económico de la región”. Diversos medios afines al MAS han aplaudido los logros conquistados. De hecho, por lo menos según los datos de los Ministerios de Economía y Comunicación del año 2014, Bolivia redujo la tasa de pobreza de un 60.6% a 37.7% durante el régimen de Evo. Para ese entonces, Bolivia se caracterizó por ser la economía que más crecía, presentando cifras como el incremento del PIB a $40,288 millones de dólares en la época de mayor bonanza.
Es vital hacer hincapié en lo que estuvo detrás del “milagro” del modelo boliviano. Cuando el MAS entró al poder, se vio beneficiado por dos factores: 1) Inversiones realizadas en administraciones anteriores, y 2) mayores ingresos fiscales.
Respecto al primer factor, los excelentes números respondían a las inversiones realizadas entre 1996 a 2005. En la época de la privatización se realizaron importantes inversiones de exploración de hidrocarburos, que a corto plazo fueron medidas controvertidas como la Ley de Hidrocarburos con resultados que en el largo plazo benefició a MAS, a pesar de un posterior decreto que empezó el proceso de nacionalización.
En una entrevista con la revista chilena BioBioChile ̧ el economista boliviano Mauricio Medinaceli sostuvo que el llamado Proceso de Nacionalización fue una renegociación de contratos que se hizo notar en los ingresos fiscales marginales del país. En realidad, el grueso de los impuestos a la exportación de gas natural se debe al Impuesto Directo a los Hidrocarburos, aprobado antes del mandato de Evo Morales.
Sin embargo, la nacionalización tuvo consecuencias negativas en el país, desalentando principalmente la inversión en sectores como la minería y los hidrocarburos. En cuanto al segundo factor, los nuevos ingresos se debieron a la subida de precios de las materias primas a nivel mundial, lo cual ayudó a las cifras que tuvo Bolivia.
Al contrario de lo que sostiene la propaganda de izquierda, independientemente del gobierno de turno, Bolivia iba a disfrutar de un auge económico debido a la subida de los precios internacionales, una situación que no era sostenible en el tiempo.
Crónicas de una muerte anunciada
El problema que atraviesa actualmente Bolivia se debe a la mala administración del Gobierno. Por ejemplo, el alto déficit fiscal que el país ha acumulado desde 2015, y que fue financiado con créditos del banco central. Los datos son alarmantes, puesto que en 2014 las reservas, que rondaban los $15,500 millones de dólares, cayeron a un mínimo histórico de $3,500 millones. Con todos estos recursos se mantuvieron los programas sociales, incluido el subsidio a la compra de combustibles.
La crisis inminente que sucede en Bolivia es un reflejo del mismo deterioro de la izquierda en la región. Sin planificación para el futuro, sin industrias competentes, sin estabilidad financiera y sin garantías de calidad de vida para sus ciudadanos, después de muchos años se pueden observar los resultados que tuvieron en el Cono Sur. Solo para ejemplificar, tenemos la crisis económica en Argentina, el éxodo de refugiados venezolanos y las constantes crisis políticas regionales, donde el denominador común es la propaganda ideológica de una izquierda que a largo plazo destruye más de lo que soluciona.
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