La balcanización de Etiopía: guerra secesionista y elecciones federales etíopes 2021

Foto cortesía de Yonatan Tesfaye

Desde hace 30 años, la supuesta democracia etíope ha sido gobernada por un solo partido. Sin embargo, la novedad de las elecciones de 2021 es que el partido dominante fue reemplazado. Así, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope —FDRPE— fue suplantado por el Partido de la Prosperidad del actual primer ministro Ahmed. El nuevo partido ganó 410 de 436 puestos disputados.

No obstante, esto se da en el marco de la exclusión de 3 de 10 regiones federales de la elección, por lo que falta elegir a 81 representantes. La región norteña de Tigray es el frente principal de este conflicto, pues está en medio de una guerra abierta contra el Gobierno federal etíope. Es más, el propio Gobierno ha aislado la región del mundo con el fin de obligar a que se rinda. Con esto, el Gobierno etíope, que pretende centralizar más el poder con el nuevo partido de gobierno, se enfrenta al mismo tiempo a una federación que se fragmenta según líneas étnicas.

El federalismo y sus variaciones

Para entender el conflicto etíope se debe comprender cómo funciona su Gobierno. El federalismo es un tipo de Estado en el cual el Gobierno se divide en niveles. Cada uno de estos tiene ciertas funciones en las cuales no puede intervenir el otro. Así, se crea un Gobierno federal encargado de todo el país, así como gobiernos locales que se encargan de su gobernanza diaria. En estos sistemas, la soberanía se comparte entre el nivel federal y el local; los estados federales no son simples provincias, sino entidades políticas con autogobierno. Este sistema se ideó en Norteamérica tras la independencia de las Trece Colonias. La idea era unir los esfuerzos de las diferentes excolonias para crear un solo país más fuerte. A grandes rasgos, el federalismo original buscaba la unión.

El federalismo ha sido adoptado por muchos Estados. Sin embargo, este tiene una variante especial en países que poseen una fuerte diversidad étnica. El federalismo étnico busca separar un país según sus etnias, asignándole un territorio a cada una. En vez de ser una federación que une, este federalismo busca dividir a un país centralizado para que cada pueblo dentro de este pueda ejercer su derecho a la autodeterminación. Dos ejemplos de esto son India y Etiopía.

El caso etíope

Se suele tomar a Etiopía como el ejemplo del federalismo étnico. Su constitución se escribió en los 90 tras la toma del poder del FDRPE. Este documento no solo consagra el derecho a la autodeterminación de los pueblos como otros federalismos étnicos, sino que consagra el derecho a la secesión de cualquiera de las etnias del país. En la práctica, este federalismo ha causado muchos conflictos internos, pues, en vez de incentivar el autogobierno, genera persecuciones étnicas y guerras separatistas.

El argumento étnico es muy novedoso en la historia de Etiopía, considerando que ha existido como una entidad política unificada y centralizada desde tiempos del Imperio romano. El Imperio etíope moderno duró unos 700 años hasta su derrocamiento por un partido comunista llamado DERG en 1974. Este último creó una férrea dictadura que se mantuvo en el poder hasta que el FDRPE derrocó al régimen en 1991. Fue el nuevo partido revolucionario el que escribió la Constitución etíope y creó el federalismo étnico contemporáneo. Esto cambió y fragmentó la historia del país.

Élites étnicas y partidos políticos

Si bien Etiopía está habitada por un sinnúmero de etnias muy diferentes, son tres las que han definido su historia política: los amharas, los oromo y los tigray. Durante el Imperio etíope y el DERG, el país estuvo dominado principalmente por la élite amhara. Sin embargo, en los 80 se empezaron a organizar guerrillas socialistas contra el DERG según líneas étnicas. Fueron los tigray y los eritreos quienes se organizaron primero.

Para derrocar al régimen, los tigray decidieron entablar alianzas con guerrillas amhara, oromo y de los pueblos del sur. Juntas, estas guerrillas crearon el FDRPE, alianza con la que se hicieron con el poder de Etiopía. Mientras los eritreos optaron por la independencia, los tigray, oromo, amhara y los pueblos del sur decidieron crear un nuevo Estado federal étnico.

Al llegar al poder, estas guerrillas se convirtieron en partidos políticos. Bajo el nuevo marco federal, cada partido político se volvió virtualmente en el único competidor dentro de sus respectivas regiones. Como estas nuevas entidades federales estaban casi completamente compuestas por una etnia, era natural que el partido representante de dicha etnia ganara todas las elecciones. A nivel federal, los partidos étnicos formaron una coalición permanente en el nuevo partido FDRPE. Con este contexto, se ve que los partidos políticos étnicos en Etiopía son un perfecto ejemplo de partidos cartel.

Fuente: Deutsche Welle

Partidos cartel y la ruptura del acuerdo federal

Un partido cartel es aquella organización política que instrumentaliza el Estado para limitar fuertemente la competencia electoral y asegurar su constante permanencia en el poder. La palabra cartel tiene el mismo sentido que en el caso de las drogas: un grupo organizado que controla la producción de algo y elimina injustamente a su competencia; en unos casos es cocaína, en Etiopía son votos.

Los partidos étnicos etíopes crean un monopolio a nivel de las regiones federales sobre el electorado para lograr no solo gobernar a su etnia, sino para asegurarse un lugar en la privilegiada coalición de partidos en el Gobierno federal. La razón de ser parte de la coalición es conseguir beneficios para su estado federal y lograr conseguir más apoyo electoral a la larga.

Este sistema de partidos en cartel existió en Etiopía bajo el mando de los tigray. Aunque representen al 6 % de la población, este partido manda porque logró combinar esfuerzos de todos para derrocar al régimen anterior. Sin embargo, en 2015, la coalición empezó a fracturarse. Cuando el dirigente partido tigray intentó quitarle territorio a los oromo para expandir la capital del país, el partido oromo convenció al partido amhara y al de los pueblos del sur para expulsar a los tigray de la coalición de gobierno federal. Eventualmente, cuando el primer ministro renunció ante las protestas, los tres partidos antitigray empezaron a crear un nuevo partido político en torno a la figura del nuevo ministro Ahmed. Así, las elecciones de 2021 consagraron la eliminación del partido tigray de la coalición de gobierno, rompiendo el cartel federal.

Sin embargo, el nuevo Partido de la Prosperidad no puede sacar al partido tigray del poder en su región. He ahí el germen de la guerra actual en Etiopía. Solo el tiempo dirá si el nuevo partido dominante podrá prevenir la balcanización de Etiopía o la precipitará.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Luis Carlos Araujo Quintero

Estudiante del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. Ferviente creyente de la moderación y del respeto a las reglas justas y correctas. Defensor de la libertad en todas sus dimensiones. 

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